FICM 2022: Enrique M. Rizo, la cultura huichol y ‘Un Lugar Llamado Música’

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En el pasado FICM 2022 se presentó en competencia de documental Un Lugar Llamado Música, proyecto que cuenta la historia del improbable encuentro entre dos músicos provenientes de las antípodas del arte y explora una pregunta central: ¿Cómo fue posible que dos artistas de mundos tan distintos llegaran a encontrarse y colaborar en la creación de una expresión artística tan pura y tan profundamente personal como universal? Esto abre la puerta al universo secreto al que el verdadero artista necesita penetrar para encontrar ese sonido extraordinario que pueda transportarnos a una realidad tan inefable como necesaria.

En Unplugged News charlamos con su realizador, Enrique M. Rizo, quien entró en detalle acerca del poder de la música, el cine y las ideas que dieron pie a esta unión poco usual entre los wixarikas y el músico Phillip Glass. “Todo comenzó con una exploración musical a través de la celebración del cumpleaños 80 de Phillip, donde hubo una serie de conciertos en la ciudad. A través de un amigo cercano de él y su equipo de producción, solicitamos grabar la presentación y se logró. Mi intención era hacer un documental de ese concierto, de la genialidad del compositor detrás de las bambalinas. Y una vez que empezamos a trabajar en ello observamos que su visión no estaba en la música clásica ni en la orquesta, sino en su colaboración con un violinista de la Sierra que, en ese momento, solo eran músicos wixarica invitados”, comentó el realizador.

Un lugar llamado música: El documental que explora los misterios del arte

En este punto llegaron Daniel y su hijo, Erasmo, dándonos cuenta de su relación con Phillip y la intriga de qué era lo que el aclamado pianista veía en ellos, en su música. Conociéndolos más y todo lo que ellos representaban fue naciendo el proyecto porque nos dimos cuenta que ahí existía una interesante historia con un arco que podíamos desarrollar. Es así que dejamos atrás la idea inicial y nos enfocamos en la realización del documental”, complementó el joven director.

Encontrar el camino entre Glass, Daniel y Erasmo implicó muchas correcciones en las ideas del documental. “No fue sencillo porque teníamos muchos otros personajes en medio, como la Orquesta Sinfónica y hasta Diego Luna, pero poco a poco fuimos sacando esos elementos para que, finalmente, nos enfocáramos en la relación entre Daniel y Phillip que es un pacto con la música a su manera y le dimos la vuelta a la moneda. Descubrimos que le dimos toda la vuelta a la moneda, pues más que Glass, nos concentramos en Daniel como miembro de la comunidad que tenía mucho más que perder si no funcionaba esta relación, dándole un enfoque muy honesto para dar esa pauta para explotar y mostrar su música”, afirmó Rizo.

Además de ofrecer una mirada al proceso creativo de dos caras diferentes en la música, el documental también ofreció un aprendizaje introspectivo para Enrique. “Mientras estaba escribiendo cosas acerca del filme, me di cuenta que algo de lo que trata es de aprender a escuchar en todo sentido. Los diálogos en la comunidad y los consejos de los wixaricas nos muestran la importancia de la apertura y de poder escucharnos todos. Me gustaría que la comunidad viera que esa apertura a las colaboraciones, cuando son valiosas y dignas, da más valor a todo lo que ellos cuidan”.

El documental entonces, gira en torno al encuentro musical entre Daniel y Philips mediante ensayos y presentaciones en vivo

Algo interesante es que, para el director, Glass terminó siendo solamente el vínculo para algo más importante. “Fue sólo un anzuelo para entrar al relato. Gracias a él quisimos conocer más de ellos y espero que haya mucha audiencia que a través de Glass muerdan el anzuelo para que se lleven una grata sorpresa inesperada. Lo curioso es que él lo sabe, es muy inteligente y está consciente de su participación en el documental, no porque le interese estar frente a las cámaras pero accedió a hacerlo porque sabe que su nombre puede jalar a la gente sin intentar decepcionar a la audiencia también”, declaró.

Este choque entre mundos, culturas y música ofrece una visión amplia que, en palabras de Rizo, está llena de contrastes. “Recuerdo que para la escena de Julliard, que es un gran ejemplo de ello, ponían los videos como anunciando algo que traían desde las entrañas de la sierra mexicana sin necesidad de tomar posturas acerca de si estaba bien o mal. Pero el mismo profesor admite que había algo que no había visto en 30 años dando clases en esta afamada institución, lo cual significa que algo bueno se está haciendo con ello, con mostrar esta música más allá de sus fronteras”, expresó.

Aunque este no es el primer proyecto cinematográfico en hablar de la cultura wixarika y su música, si tiene vasos comunicantes con otro memorable filme que toca de distinta manera este tema: El Sueño de Mara´Kaame. “Lo bonito de esa cinta es que explora esa cuestión que ahora los jóvenes de la sierra enfrentan que es de seguir las tradiciones o irse a la gran urbe moderna. Ese tema está muy vivo y lo que hacemos aquí en Un Lugar Llamado Música es mostrar que pueden salir, que pueden ser celebrados pero pueden regresar a su comunidad sin que renuncien a ese patrimonio. Creo que eso es un equilibrio que puede hacer que nuestras culturas originarias se conserven y no se pierdan ni se cierren por completo, sino abrirlas. Es buscar tener lo tuyo y no abandonar lo demás. Daniel y Erasmo hacen muy bien eso y esperamos que los jóvenes que tengan estas dudas o enfrentamiento puedan tener otras ideas”, opinó.

A pesar de ser un filme guiado por la música, es innegable el riesgo que corre de ser tachado de algún tipo de apropiación cultural por parte de él y los productores. Al respecto, Rizo explicó: “Esa discusión ha sido un discurso al que hemos estado abiertos desde el inicio y sabemos muy bien lo que es correcto de hacer y qué no. Nos lo preguntamos desde que nos presentamos en Bellas Artes y nos expusimos ante las cámaras. Me parece que parte desde un paternalismo que a veces tenemos y no necesariamente es malintencionado, pero creo que a veces las ganas que tenemos de cuidarlos no siempre son lo mejor. Lo que proponemos en el documental y su postura no es una resolución de las cosas o conflictos, pero sí hay una insistencia en la apertura a escucharnos entre todos”.

Existió la cooperación de la comunidad de Santa Catarina, no hicimos nada a escondidas y nos pusimos de acuerdo para filmar e incluso hubo gente wixarica que era parte del crew. Como realizador, también tenía miedo de caer en estereotipos clásicos que le pasan a todos los autores por entrar a un mundo del que no sabes bien cómo reaccionar y que te orilla a caer, debido a la falta de experiencia y conocimiento, en ello. Pero me parece que el arte ayuda a que las comunidades y lo que viven adentro puedan meter la espina de cuestionarnos acerca de nuestra visión del mundo y la sociedad misma”, añadió el director.

A pesar de ello, Enrique confiesa que está preparado ante todo tipo de comentario pues es parte de hacer este oficio y de exponer temas o culturas como éste. “Al final, cada quien ve lo que quiere. No dudo que habrá personas que no estarán de acuerdo en esta colaboración pero creo que otras van a romper ese paternalismo. Igual desde la comunidad hay gente que no estaba muy de acuerdo con el proyecto. Pero me parece por demás interesante mostrar una apertura a este tipo de discusiones constructivas. Sé que a veces me podrán destrozar y no podré defenderme, pero es parte de esto”.

Finalmente, Enrique M. Rizo nos regaló una reflexión final, una que nos lleva a su lugar llamado música (o cine, para el caso), ese punto en el que se siente feliz de poder crear algo como Glass, Daniel y Erasmo lo hacen en el documental. “Para mí, lo interesante es que el cine tiene un espacio muy especial para la música. El séptimo arte es un punto en que todas las variantes artísticas convergen y creo que es una herramienta para contar grandes historias. El lugar que me hace creer y seguir en esto de hacer cintas es el creer que los relatos son muy importantes para nuestra evolución como humanos. Eso me mantiene aquí a pesar de los egos, los ritmos pesados y todos los inconvenientes. Lo que me mantiene en esta pasión es el valor de lo que hacemos y creer en ello lo que me sostiene para continuar”, concluyó.

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